domingo, 15 de abril de 2018

# 592


Mejor olvidarse de las fiestas para adorar la fiesta. Que el calendario paute las alegrías no estimula a nadie. Para disfrutar es preferible transformar cualquier momento de un día cualquiera en una verdadera celebración. Sin que nadie lo haya estipulado ni exista previsión alguna. Así como así. Hoy: fiesta. A veces, al llegar a casa y quitarse las ropas de ciudad, de repente apetece vestir otras, inaugurar un hábito distinto. O convertir el paseo en una fiesta que se celebra en ese lugar al que tanto apetece ir a deshora. Quitar las fiestas del tiempo y colocarlas en el espacio.